El análisis

Los Raptors del futuro

Tras siete años la franquicia de Toronto dice adiós a Calderón. El base español ha sido líder de los canadienses en una época en la que los éxitos se marcharon el día que Chris Bosh cogió el vuelo a Miami, y pese a que siempre le han puesto trabas a un trabajo sólido y alabado por sus compañeros, se marcha a Detroit con el récord de asistencias de la franquicia y con el cariño de la grada del Air Canada Center.

Con la marcha del último vástago de una generación que ya tuvo su momento, ahora se abre el camino a unos nuevos Raptors que pueden mirar al futuro con optimismo, aunque en parte sea también porque mejorar lo hecho en estas últimas temporadas no es difícil. A priori, juntar en un equipo a Lowry, Gay, Bargnani y DeRozan no suena nada mal. Rudy Gay es para muchos ese chupón que no se la pasaba a Pau en su día, que prometía mucho y se ha quedado en el camino, y que no tiene porvenir alguno; sin embargo, nadie puede poner en tela de juicio su talento. Es el clásico jugador al que un poco de cariño no le vendría mal, sin duda necesita sentirse importante, la referencia, y eso lo va a encontrar en los Raptors, donde para nada sorprendería que su juego diese un salto de calidad. All Star, pronto para decirlo.

Los que ya estaban: Lowry, DeRozan y Bargnani. Quien más  dudas puede generar sin duda es el italiano. Pese a que su juego individual siempre ha sido elogiable, en lo colectivo no ha dado sus frutos en cuanto a victorias. El mayor problema que puede tener es que su juego sigue centrándose en triples y poco más; jugar en el poste le da alergia... Aquí se trata de convertir en ventaja sus puntos débiles. Los aleros, tanto DeRozan como Gay, son muy dados a buscar penetraciones, y un Bargani abierto que les deje el camino libre es una doble ventaja. Hablando de DeRozan, este es sin duda el jugador que más convence en tierras canadienses. No ha tenido una progresión explosiva, pero sí segura y constante. Sin hacer ruido y mejorando cada año en tiro exterior, lectura de juego, movimiento de balón... puede hacer una pareja letal para cualquier defensa junto a Rudy Gay. Y por último el director de la orquesta, Lowry, que llegó para ser titular, pero entre lesiones y el espectacular rendimiento de Calderón ha quedado ensombrecido en su primer año. Pese a este inicio atropellado, es ese tipo de base completo que, sin ser tan llamativo como otros, puede ser perfecto para trabajar con egos fuertes, como puede ser Gay.

Dando por hecho que estos cuatro funcionen juntos, cosa más que factible, queda un problema ¿Quién coge los rebotes? En el traspaso se ha marchado Ed Davis, que estaba haciéndolo genial, pero se ha quedado Amir Johnson y seguirá Valanciunas, que debe mejorar. En tener un juego interior sólido estará la clave de quedarse en otro año de transición o poder aspirar a algo más. En la pintura y en el banquillo, y es que ningún equipo sin gente que salga desde el banco con un mínimo de garantías puede hacer nada en una temporada de 82 partidos en 6 meses y medio.

Los mimbres ya los tienen, ahora queda por ver si Colangelo es capaz de gestionar salarios y recursos para que, un equipo que pinta bien para el futuro, no se quede en otro proyecto frustrado.